El ataifor islámico de loza dorada de Tudela es, por el momento, uno de los mejores ejemplares de su cronología hallados en la Península Ibérica.
Se localizó en un pequeño sondeo arqueológico de tan solo seis metros cuadrados realizado en un solar de la calle Corta-pelaires, calle del Casco Viejo de Tudela., en enero de 1987 por el arqueólogo Juanjo Bienes.
Descripción del yacimiento
Junto a él se encontraron otros restos de ajuar doméstico islámico, consistente en varias piezas de cerámica bastante completas, aunque no tan ricas, que sirvieron para contrastar su cronología, la cual podemos fechar entre finales del siglo XI y principios del siglo XII.
A pesar de la escasa superficie del sondeo, se tuvo la fortuna de localizar casi todos los fragmentos de la pieza, completada en casi un 95%. ya que se encontraba aplastada sobre un suelo de arcilla. Actualmente, se encuentra restaurada.
Descripción
En aquella época no se usaban platos individuales ni tenedores. Tampoco existía una división marcada entre primer plato, segundo y postres. Los alimentos se presentaban todos a la vez en los ataifores que, colocados en el centro de la mesa, se compartían entre todos los comensales. Los alimentos sólidos se tomaban con la mano derecha, utilizando los dedos pulgar, índice y corazón. Había que guardar una normas de buena educación, pues los dedos no podían tocar ni el plato ni la comida de los demás. Para ello se ayudaban de trocitos de pan de pita, que utilizaban a modo de cuchara.
Su interior tiene una profusa decoración, formada por un medallón central y tres bandas concéntricas.
El motivo central presenta una escena muy corriente en el arte islámico, sobre todo en tejidos, como son los animales enfrentados, en este caso se trata de dos leones separados por un árbol con hojas y frutos, junto con otros motivos menores que rellenan el espacio en blanco.
El centro se encuentra rodeado por tres bandas concéntricas, siendo iguales la interior y la exterior, que están formadas por una ancha banda pintada y decorada con bucles alternos esgrafiados. (El esgrafiado es una técnica que consiste en rascar con un punzón la zona pintada cuando ya está seca.).
La banda central es diferente, y está formada por una sucesión de signos iguales, que en su origen debieron de ser un nombre o fórmula religiosa reiterativa, pero que en manos de uno o varios alfareros que no sabían lo que escribían y se iban pasando los dibujos, acabó siendo una sucesión de signos indescifrable.
Similitudes con otros platos
Sus paralelos son claramente fatimíes, del Egipto Islámico, pero su perfil no corresponde con las formas que aparecen en esa zona. Su origen es claramente andalusí, aunque por el momento no sabemos su lugar de fabricación.
Se han hallado en Tudela, numerosos fragmentos de cerámica islámica, no descartándose que pudiera haber un alfar al igual que otros tipos de cerámicas que si han sido localizados.
En el 2013 fue cedido a la Alhambra para una exposición.
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