El nombre de esta calle recuerda a un convento de frailes, cuyo titular era San Antón, también tuvieron un hospicio.
Este instituto tuvo su principio en Francia por los años 1095, siendo su principal virtud la de asistir y consolar a los enfermos. Los frailes vivían sujetos ai comendador de Olite, donde residía la encomienda general, profesaban la regla de San Agustín y no la que San Antón dio a sus monjes.
De la casa que en principio tuvieron en Tudela se ha podido averiguar muy poco. Se cree que ya estaban en 1360; en su archivo se encontró una memoria que decía que Mosen Pierres de Peralta en el año 1499 les legó un sitio con un patio junto a la salida del Puente del Ebro, en «Tras el Puente», para que edificaran una casa conventual y una iglesia, ya que en la casa que vivían dentro de la ciudad tenían muchas estrecheces. Por lo que parece según se desprende de esto que ya en Tudela habían tenido su casa, pero no se ha podido saber el lugar en que se encontraba;
lo que sí se sabe por escritos que aparecen en el Archivo Eclesiástico, es que estos frailes ya llevaban muchos años establecidos en Tudela para cuando Mosén Pierres les donó el terreno aludido.
Sobre el año 1500 se trasladaron al nuevo convento, pero muy pronto vieron los graves inconvenientes que les acarreó el cambio, ya que su nuevo edificio tenía más incomodidades que el antiguo; las inundaciones que el Ebro provocaba y la constante humedad pronto les hizo retornar a la ciudad, instalándose en parte de lo que hoy son viviendas y calle que lleva su nombre.
El Patronato de la capilla mayor de esta iglesia era de la casa de los Marqueses de Montesa desde 1760 y allí se enterró a D. Fernando Montosa.
En el año 1788 se extinguió la orden de estos frailes, pasando todos los bienes al Hospital de Nuestra Señora de Gracia. La biblioteca fue al archivo episcopal y la iglesia pasó al destino que el Sr. Obispo le diese, los bienes no pasaron al Hospital hasta que murió el último fraile, un lego llamado Pedro Martínez que falleció el 27 de Marzo de 1813.
Una familia del apellido Jaramillo ( de Contreras ) tuvo su casa delimitando su solar con la cabecera de la Iglesia del Convento de San Anton en el siglo XVIII, en lo que parece que fue esta casa se encuentra un escudo de armas, que dice ser «de los Eslabas»
El templo se entregó el 2 de Junio de 1818 a la hermandad de la Escuela de Cristo,Escudo de los Montesa pero hubo de abandonarlo por ruina. En esta situación el Ayuntamiento en 1850 acordó cederlo a su patrono D. Luis San Clemente de la familia Montesa, que lo mandó demoler, así como la casa conventual; en los solares que resultaron de la demolición se construyeron algunas viviendas y se dio mayor anchura a la actual placeta, en la demolición dejaron parte de la iglesia, la cabecera, que está restaurada, en ella se puede observar en la cupula, los escudos de armas de los Marqueses de Montesa en cada esquina
El 15 de Enero de 1925 se derribó una casa que daba a la actual Plaza Vieja para que la entrada a la calle tuviera mayor anchura.
Cabe preguntarse cómo sería la entrada a esta calle antes de derribarla la citada casa si ahora es muy estrecha.
A la derecha de la calle nada más salir de la parte más angosta antes de llegar a la pequeña placeta, hay callizo en pronunciada bajada, en la parte más baja de éste hay una fuente de gran solera en Tudela, se trata de la «Fuente de San Antón». Para bajar al manantial existen unas breves escaleras, arriba está protegida por un pretil de piedra, conservándose desde tiempo inmemorial. Es una lástima que un manantial que debiera de dar agua clara y pura, no esté en mejores condiciones de salubridad; actualmente es sucia y muy mal cuidada.
La parte más estrecha de la calle tiene una anchura de no más de un metro y medio, los aleros de las casas de ambos lados de la calle no se tocan por tener los edificios diferentes alturas, siendo muy cierto que de haber sido construidas a igual nivel se hubiesen juntado y formado un verdadero túnel.
Es calle castiza y de gran tradición, situada en el centro geográfico de la Ciudad; carece totalmente de tráfico por sus especiales características de estrechez. Tiene dos hornos típicos de asar, y en esta calle tiene su sede la Peña el Brindis.
Extraído del libro » La historia de Tudela contada por sus calles » con el permiso del Autor Jesús Martínez Escalada.
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