La fuente de San Antón se encuentra en la calle con el mismo nombre, está, es una de las dos últimas fuentes medievales que quedan en Tudela, la otra la fuente del Obispo.
En esta calle y después de una pronunciada bajada, está la fuente de gran solera en Tudela, es un manantial que conecta con el Ebro, la prueba de ello es que también se inunda cuando él rio sube.
Para bajar al agua, existen unas escaleras de piedra, arriba está protegida por un pretil del mismo material que las escaleras, conservándose desde tiempo inmemorial.
Fue uno de los puntos donde se cogía el agua en cantaros hasta a mediados del siglo XX, cuando se extendió la red de abastecimiento de agua a más calles.
Los vecinos la han usado hasta hace una par de décadas, para refrescar las bebidas y zona de baño para los más pequeños.
Historia popular de Tudela
La sonámbula de la calle San Antón
Vivió a comienzos del siglo XX una mujer llamada Ángela, en la calle de Calahorra, que todas las noches a las 2 de la madrugada se levantaba de la cama y cogía dos cántaros, uno se lo ponía sobre la cabeza y otro bajo el brazo.
Salía de su casa y se encaminaba a la fuente de San Antón, donde los llenaba de agua y de nuevo marchaba a su casa.
Una vez dejados los cántaros volvía a meterse en su cama hasta el amanecer.
Los vecinos atónitos ya estaban acostumbrados a contemplar la escena que se repetía noche a noche , pero no se atrevían a despertarla por si le causaban algún daño.
Incluso durante la guerra civil ella continuó con su ritual. Falleció porque se le cayó el cántaro al pegar en el dintel de una puerta.
Texto de Pedro Oli
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