Autor: José Luis Lacave – Sefarad Vol 56, Fasc. 1 (1996)
En varios escritos he sostenido la teoría de la pervivencia entre los judíos principales de Tudela hasta el siglo xv de unos hábitos aristocráticos, arabizados, que tenían su origen en Lucena, lo mismo que bastantes de las más distinguidas familias de aquella Comunidad judía. El dato más firme en que me basaba para ello se encuentra en la ketubba del matrimonio Selomoh ben Abasi-Fatbuena, hija de Yehudah Ben Daud, fechada en l44l, en la que se afirma que fue redactada
según la costumbre y las capitulaciones que acostumbran y estipularon entre ellos [los miembros] de la Santa Comunidad de Lucena, Dios la guarde, mientras lo normal y corriente en las ketubbot tudelanas de la misma época era que se redactaran
… según la costumbre … de la Santa Comunidad de Tudela, Dios la guarde’
Sin desmentir la mencionada pervivencia de tales hábitos, corroborada, por otra parte, en la misma ketubba por el gusto en el uso de nombres y títulos árabes como signo de distinción, una nueva reflexión sobre esa cita de Lucena, así como sobre alguna otra mención de la prestigiosa judería de Al-Andalus en documentos hebreos de Navarra de los siglos XIVy XV, me lleva ahora a pensar que entre aquellos judíos principales de Tudela, no sólo se produjo una cierta identificación entre esta población navarra y la famosa ciudad andaluza, sino que lisa y llanamente a Tudela le llamaron Lucena y así le siguieron llamando, compartiendo el nombre con el suyo propio de Tudela, hasta la expulsión.
Es un hecho conocido que a fines del siglo XI y sobre todo a lo largo del XII muchos judíos que huían de Al-Andalus, primero a causa de la invasión almorávide y luego por el fanatismo religioso almohade, se establecieron en diversas ciudades del entonces naciente reino de Navarra. Recuérdese el ejemplo siempre mencionado del insigne poeta granadino Mosé ibn Ezrá y su establecimiento en Estella. En concreto, en ese tiempo llegaron a Tudela, y alli se afincaron, unas cuantas familias distinguidas de Lucena que con el correr del tiempo serían las familias dirigentes de esa comunidad judía durante tres siglos. Pues bien, creo ahora firmemente que aquellos judíos aristocráticos originarios de la ilustre judería andaluza le dieron a la población que les acogía el nombre de aquella ciudad de la que procedían.
A esta conclusión he llegado al tropezarme de nuevo con un documento ya publicado hace casi setenta años. En la actualidad preparo una nueva edición de los documentos hebreos que se guardan en el Archivo General de Navarra (Pamplona) y en el Archivo Municipal de Tudela. Y uno de mis primeros pasos ha sido, lógicamente, repasar aquéllos de esos documentos que publicó F. Baer en su magna colección documental. Pues bien, en dicha colección se recoge el cuaderno de registro de un judío anónimo fechado en 1323 que se guarda con el número 9 en la famosa Caja 192 (de documentos hebreos) del Archivo General de Navarra. Y en ese cuaderno, en sus líneas finales, se puede leer el siguiente texto:
‘Mi hijo Hiyyá no paga impuestos porque es un muchacho que aún acude a la madriza (escuela talmúdica). Él tiene unas casas en el barrio judío, aquí, en Lucena (Alisana), en el barrio periférico llamado Tendilla; esas casas están en ruina y sus vecinos son: por un lado, R. Yaaqob ben R. Abraham ibn Ezquerra, y por los otros
tres lados, caminos públicos’.
El Prof. Baer, al encontrarse con esta mención de Alisana, es decir Lucena, sabiendo que no podía referirse a la ciudad andaluza, por la fecha y porque el documento hace claramente referencia a un lugar en Navarra, trató de localizar un lugar llamado así, Alisana, en el reino navarro y, no hallándolo, se declaró incapaz de identificarlo, pero no obstante lo puso en relación con una apelación que conocía ante el tribunal judío de Tudela.
Para mí, ahora, no cabe duda de que en ese cuaderno de un judío anónimo se está hablando de la ciudad navarra a la que, por las razones ya explicadas, los judíos residentes en ella, además de Tudela, le daban el nombre de Lucena (Alisana). Y que lo mismo pasa en la mencionada ketubbá del matrimonio formado por Selomoh ben Abasi, también llamado Selomoh Malaj, y Fatbuena, hija de Yehudah ben Daud. Un documento corrobora al otro. Creo además que ese barrio periférico llamado Tendilla puede identificarse con el llamado en otra ketubbá La Planilla (las palabras españolas vienen a significar lo mismo), barrio o lugar tudelano que todavía se llama así hoy día y que se encuentra en el actual Paseo del Castillo, en la parte de ese paseo opuesta al río Ebro (recuérdese que el barrio judío desde 1170 hasta la expulsión estuvo en el castillo).
Cuando este artículo estaba ya madurado, una conversación fortuita me ha proporcionado un nuevo dato que viene a corroborar mi teoría de que los judíos tudelanos, al menos los principales, de los siglos XII-XV llamaron Lucena a Tudela. Charlaba yo con D. José Vicente Niclós, doctorando en Filología Hebrea en la Universidad Central de Barcelona, sobre su tesis doctoral que versará sobre la obra Eben bohan del escritor navarro Sem Tob ibn Śaprut. Me comunicó entonces su perplejidad porque en los manuscritos de esa famosa obra había visto un colofón datado en Tarazona, pero otro colofón estaba fechado en parte en Alisana, en iyyar del año 5165 (marzo 1405). Esto le tenía confundido, pues entendía, con buen criterio, que no podía tratarse de la famosa ciudad andaluza. Para mí no cabe duda, ese Alisana no es otra ciudad que Tudela, tan próxima además a Tarazona, donde está fechado el otro colofón visto por el Sr. Niclós.
En resumen, considero que está bastante clara la identificación Tudela-Lucena para los judíos tudelanos de los siglos XII-XV.
RESUMEN
Unas reflexiones del autor sobre la aparición del nombre de Alisana (Lucena) en documentos hebreos de Navarra le llevan a la conclusión de que Tudela fue llamada Lucena por los judíos originarios de la ilustre judería andaluza que se establecieron en la ciudad navarra.
El autor José Luis Lacave
En el mes de abril del 2000 falleció el destacado hebraísta José Luis Lacave. Estamos hablando de uno de los más importantes estudiosos de la historia de los judíos españoles. José Luis Lacave, nacido en Miranda de Ebro en el año 1935, fue el discípulo predilecto del insigne hebraísta Francisco Cantera Burgos.
Profesor del Departamento de Hebreo de la Universidad Complutense de Madrid, a la vez que investigador adscrito al CSIC, José Luis Lacave ha realizado a lo largo de su vida una obra amplísima a la vez que excepcional. Por lo demás, el profesor Lacave ha recibido notables premios, de los que cabe señalar el Samuel Toledano, que le fue otorgado en el año 1999. En recuerdo de su brillante trayectoria académica, al tiempo que, en memoria de su personalidad, se decidió publicar un libro-homenaje a José Luis Lacave, de cuya edición se ha encargado la profesora Elena Romero, que fue compañera suya en el CSIC. El elevado número de trabajos presentados ha obligado a publicar dos volúmenes. En el primero de dichos volúmenes se recoge una sección denominada «Vita», que hace referencia a la persona y a la obra de José Luis Lacave, asi como una serie de «Estudios filológicos»
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