Desde el Ayuntamiento de Tudela se ha querido comenzar este año una experiencia nueva dentro de las excavaciones en el Cerro de Santa Bárbara, como es la de ofrecer la posibilidad de que estudiantes universitarios que estén cursando la carrera de Humanidades, puedan realizar prácticas de Arqueología en un yacimiento cercano. Durante el mes de Agosto, dos grupos, repartidos en cada quincena, formados por estudiantes de la Universidad de Pamplona, el primero, y de las Universidades de Zaragoza y Salamanca, el segundo, excavarán en una cata de 5 x 5 mts situada en una de las terrazas del monte.
El lugar elegido para esta excavación es un plano aterrazado, con un fuerte corte por donde pasa la carretera de acceso a la parte alta del monte. Una vez terminada la campaña con los estudiantes, se sigue excavado con personal de la brigada municipal a las ordenes del arqueólogo, J.J Bienes.
La segunda quincena del Campo de trabajo comenzó por excavar en el relleno exterior a la gran zanja, que tenía como límite unos grandes sillares de una estructura en ángulo que en un principio parecían pertenecer a una estructura subterránea, tipo bodega o aljibe.
Al quitar ese relleno se descubrió que no era así. El relleno en cuestión era de tipo constructivo, echado sobre la ladera de ocupación islámica en el monte, para crear el plano de aterrazamiento del primer castillo cristiano. El relleno quedaría contenido por los grandes muros de aterrazamiento de las murallas, muy destruidas en la actualidad.
La cronología cristiana temprana viene definida por una gran cantidad de cerámica islámica de los S. XI-XII, destacando un bello fragmento con decoración esgrafiada de época almohade, comercializada desde la zona ocupada por los musulmanes a la Tudela reconquistada.
Para los no entendidos en la materia, diremos que la técnica decorativa del esgrafiado es muy característica del periodo almohade y consiste en raspar con un buril en la pintura de la cerámica, ya cocida, para darle la decoración. Esta técnica también se utilizó en el mundo griego para decorar los llamados vasos de figuras negras, con cronologías anteriores al S. V a C. Las nuestras son mucho más modernas, del S. XII.. También recogimos un pasador de ojales, en hueso.
La excavación dejó al descubierto la ladera del monte, con restos de edificaciones islámicas. Un ángulo con buenos sillares, vistos a una sola cara para formar un aterrazamiento de casas en las laderas, que estaban calzados con piedras colocadas irregularmente, como si se hubieran hecho reparaciones para evitar que el agua erosionara la base de las casas, y es que se perfilaba la existencia de un barranco o calle de tierra, en fuerte pendiente, que comenzaba en el ángulo de los muros.
Como la excavación tenía que continuar y los niveles bajo los muros presagiaban cronologías interesantes, se procedió a desmantelar todas las estructuras existentes, previa documentación con planos y fotografías.
Bajo los muros se quitaron dos rellenos echados sobre la ladera, con cerámicas totalmente islámicas con una cronología del S. XI. Se dejó al descubierto parte de un muro de grandes piedras y otro perpendicular a él, donde se notaba el efecto del agua que había ido corriendo.
Todavía es pronto para aventurar una fecha para este nuevo muro, del que por el momento solo podemos decir que es anterior al S. XI
Semana del 1 al 4 de Octubre.
Tras un mes de Septiembre de vacaciones, tomamos nuevamente el trabajo de excavación en el Cerro de Santa Bárbara con los obreros del Ayuntamiento. Lo primero es volver a limpiar la tierra acumulada por efecto de las tormentas, que han provocado algunos daños en las zonas más hondas de la cata.
La excavación se dejó en una fuerte pendiente, 2 metros de diferencia en una distancia de 5 mts. Estas excavaciones en laderas tan fuertes son muy complicadas, pues los rellenos tienden a definirse muy mal por la diferencia de grosores en sus extremos.
Comenzamos por quitar una pequeña capa de cenizas grises en la parte más superior de la cata y que estaba cubriendo parte del nuevo muro. Aparecieron cerámicas con decoración peinada, fechadas en el S. VIII, junto con material romano y celtibérico, pero algunas cerámicas parecían dar una cronología más fiable en el S. IX.
En la parte más baja de la cata el panorama era muy diferente. Se quitó una gran acumulación de cenizas de color verdoso, lo que indica una gran acumulación de basura, con grandes cantidades de cerámica, pero ésta fechada en el S. X-XI.
Se descubría parte de otro muro, paralelo al que ya teníamos, y con signos de haberse movido alguna piedra por efecto de abarrancamientos.
Tenemos una estructura formada por un doble muro, con un espacio interior menor a los dos metros, y un pequeño muro que los une perpendicularmente. ¿A que corresponde?, ¿De que cronología es?
Solo seguimos sabiendo que es anterior al S. XI, pero ¿también es anterior al S.IX, como parecen indicar las otras cerámicas?. Si es como esto último, tendríamos estructuras anteriores a la etapa fundacional, pero podemos tener una inversión de niveles y darse el caso de que, por ejemplo, se hubiera construido una estructura de doble muro en el S. X y se haya rellenado el espacio entre ellos con tierra del monte que contiene cerámicas romanas y medievales anteriores al S. IX. Con todo, la existencia numerosa de estas cerámicas ya está indicando la existencia de niveles arqueológicos de estas épocas en el monte.
Semana del 7 al 11 de Octubre 2002
Comenzamos la semana excavando un pequeño relleno en la parte más profunda de la pendiente de la cata, todavía con materiales de cronología S. X-XI, para seguir con la parte más importante, el relleno existente entre los dos muros paralelos.
No se trataba de un relleno constructivo, sino de un relleno de abandono, ya que estaba ocultando parte del muro más corto. Los materiales hallados proporcionan una cronología de principios del S. IX, que podrían coincidir con la fecha fundacional de la Tudela islámica, en el 802. Pero hay que tener en cuenta que estamos tratando con rellenos de abandono y estructuras que están en ruinas en este periodo, por lo tanto, estos muros han de corresponder a la etapa emiral del S. VIII. De hecho, la mayor parte de las cerámicas halladas corresponden a estas fechas, salvo algunas un poco más modernas que son las que elevan la cronología a principios del IX.
Estamos ante las primeras estructuras islámicas halladas en Tudela anteriores a su fundación oficial. La interpretación que aventuramos a dar es que se trata de un muro de vivienda (el más largo) delante del que hay un pequeño pasillo o calle aterrazada en ladera y sostenida por otro muro (el más corto), arrasado en parte por la erosión. En este pasillo se sitúan algunos pozos o silos. Un tercer muro cerraría este paso, como una expansión de la vivienda al espacio abierto.
El nuevo amurallamiento de Tudela en el 802, con mucho más espacio entre sus murallas, seguramente haría abandonar estas laderas buscando una zona mejor para vivir, no volviéndo a poblarse hasta los siglos X – XI.
Por debajo de estos muros todavía existen fuertes capas de relleno que esperamos nos deparen sorpresas. Es frecuente, con los materiales islámicos, la aparición de cerámicas descontextualizadas de épocas anteriores, como este fondo de escudilla de I Edad del Hierro con decoración incisa cruciforme, o un fragmento de cerámica romana de importación, una Terra Sigillata Gálica
Semana del 14 al 18 de Octubre.
El trabajo se desarrolla lentamente, pues cada vez hay más profundidad en la cata y la tierra ha de sacarse con calderos y a cuerda.
Comenzamos la semana excavando en el relleno entre los dos muros paralelos. Este es un relleno constructivo, echado contra el muro más corto para aterrazar una superficie sobre la que construir el muro largo.
La cerámica hallada en este relleno nos aproxima a la fecha de construcción del edificio, que puede ponerse a mediados del S. VIII, sin que aparezcan cerámicas islámicas a torno y de cocción oxidante, propias de finales del VIII y principios del IX.
Ha aparecido un nuevo pozo, en este caso un silo de perfil troncocónico, rellenado con varias capas de tierra y piedras donde abundan los huesos de animales. También hay capas de cenizas.
Este silo tiene un gran desarrollo, expandiéndose en profundidad, de tal manera, que perfora su hueco por debajo de las estructuras de los 3 muros de la vivienda, aunque sin llegar a afectarlas.
De los tres silos hallados en el pasillo exterior de la vivienda, éste es el más antiguo de ellos, pues las cerámicas halladas en su interior nos remiten a un abandono cercano a la mitad del S.VIII.
Cuando excavamos en etapas islámicas tempranas, es muy frecuente encontrar restos de cerámicas de etapas precedentes que nos ponen sobre la pista de la existencia de momentos anteriores de poblamiento.
Dentro del pozo apareció un fragmento del fondo de un plato de Terra Sigillata Hispánica Tardía, con una decoración estampillada de dobles espirales.
Este motivo pertenece al centro de producción de Nájera (La Rioja) y se comercializa durante el S.V y primeras décadas del S.VI.
Semana del 21 al 25 de Octubre.
Se trabaja por debajo de la cota de los muros del S. VIII, los que vamos a dejar colgados sobre testigos y no vamos a eliminar, ya que nos interesa mantener ese urbanismo cuando se abran otros cuadros en los años próximos, ya que parece que la vivienda puede tener la planta completa.
Se excavan rellenos arcillosos con alguna capa fina de cenizas, donde todavía aparecen algunas cerámicas medievales que pueden ser de comienzos del S. VIII. Al desaparecer las cenizas, encontramos un relleno en el que aparecen cerámicas romanas de muy buena calidad y de cronología muy amplia.
Hay cerámicas de paredes finas y comunes pintadas «tipo Clunia», pequeños fragmentos de sigillatas importadas de Italia y la Galia, y también una marca de alfarero que leemos IUCUNO o IUCUNCI. Pero también aparecen romanas tardías que elevan la cronología del estrato hasta los siglos VI o VII.
De la etapa romana no han aparecido suelos ni muros, y estamos ante sedimentos de arrastre o aterrazamiento, en los que se encuentran revueltas las cerámicas.
Dos de los silos han ido desapareciendo al excavar el terreno donde habían sido hechos. Bajo el fondo de uno de ellos ha salido el cerco de otro pozo más pequeño, cuyo relleno fue cortado para hacer el silo nuevo, que fue más ancho pero no llegó a tanta profundidad. Este pozo más antiguo nos viene con el problema de que no sabemos desde que suelo se hizo, ya que su comienzo fue cortado por el silo nuevo. Solo tenemos los materiales que hemos hallado en su fondo, con cerámicas medievales que pueden ser de principios del S VIII y algunos fragmentos de tejas romanas que parecen haber formado parte del suelo de un fogón. También salieron dos fragmentos minúsculos de cerámica vidriada, algo importante, ya que aun falta un siglo para que se generalice este tipo de cerámica en la zona. Podemos estar ante un producto de importación mediterránea, siendo uno de los primeros datos de su hallazgo en una zona tan al interior del Valle del Ebro.
28 de Octubre al 1 de Noviembre.
Toda la semana la dedicamos a excavar una potente capa de grava que parece responder a un aterrazamiento. Aparecen materiales revueltos de Edad del Hierro y algo romano. La profundidad máxima alcanzada es de 4’62 mts.
Semana 4 al 8 de Noviembre.
Esta semana quitamos dos estratos formados por arcilla y algo de grava. Ya han desaparecido las cerámicas a torno y únicamente aparece cerámica hecha a mano de la Edad del Hierro. Son niveles de arrastre, sin presencia de suelos ni muros, con superficies en cuesta. La profundidad máxima alcanzada es de 5’07 mts.
Aparecen fragmentos de cerámica con decoraciones incisas y excisas, con una cronología que podemos fechar en los siglos IX-VIII a C.
La decoración incisa es la que se realiza marcando con un instrumento afilado en la pasta blanda de la cerámica. Una decoración excisa consiste en cortar una parte de la superficie de la cerámica, sin traspasarla, formando dibujos geométricos que luego se rellenan de una pasta de diferente color. La cerámica es de colores oscuros y la pasta introducida de colores claros, y casi siempre ha desaparecido.
Semana 11 al 15 de Noviembre.
Al quitar la última de las capas de arcilla y grava anteriores, se delimita una mancha de cenizas verdosas. Nada más comenzar a rebajar en ella aparece una gran cantidad de cerámica aplastada sobre lo que parece ser un fogón.
Se van limpiando a pincel los diferentes grupos de fragmentos y colocando en bolsitas individuales aquellos que tienen conexión entre sí, para lavarlos y poder pegarlos en grupos, ya que esta cerámica no tiene líneas de torno para poder ver la disposición de las piezas.
Junto a este fogón aparece una zona con una gran acumulación de placas finas de arcilla, que indican la existencia de un pequeño horno aplastado sobre su base.
El hallazgo de estructuras de vivienda de I Edad del Hierro nos da una medida con relación a otras que aparecieron en la excavación del año 1988. Entre estos dos puntos hay una distancia de 115 mts, lo que indica unas grandes dimensiones para la época.
Entre las cerámicas recuperadas destaca una vasija de perfil bitroncocónico con decoración de acanaladuras en el hombro. Esta decoración se introduce en la Península por pueblos indoeuropeos que penetran por los Pirineos Orientales a comienzos del Primer Milenio a C. y pueblan esta zona remontado el curso del Ebro.
Junto con esta cerámica aparecen numerosos fragmentos de otras vasijas, con decoración de cordones, incisiones y excisiones, donde se mezclan las influencias europeas con las peninsulares.
Estos hornos y fogones parecen querer dibujar una planta circular en el fondo de la cata. Solo se han podido recoger en una superficie pequeña, ya que han aparecido en el extremo inferior y los testigos de los muros emirales también se encuentran sobre ellos
Bajo este relleno aparecen las arcillas naturales, a una profundidad de 5’33 mts. Todo el fondo de la cata y los cortes se han cubierto con una fibra de geotextil y se está procediendo a su rellenado hasta la cota de los muros emirales, en espera de continuar con la ampliación de otro cuadro en el año 2003.
Los principales hallazgos de esta campaña y lo mejor de excavaciones anteriores realizadas en la ciudad, se pueden contemplar en una exposición que se mantendrá hasta el 30 de Marzo del 2003 en el Palacio del Marqués de Huarte.
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