De la clave del arco toral de la capilla de San Juan Evangelista, la primera del brazo derecho del crucero de la Catedral de Tudela, pende una llave de buen tamaño. que a mas de un curioso ha llamado la atención. Se han dicho sobre ella las cosas mas dispares y peregrinas que se puedan decir, pero lo cierto es que se trata del único resto de los trofeos bélicos que hasta el primer tercio del siglo pasado adornaron dicha capilla, del patronazgo de los vizcondes de Eza y Marqueses de Montesa, y que en su práctica totalidad fueron colocados por el cuarto señor de Eza, Don Carlos de Eza y Veraiz. Concretamente: se trata de la llave del castillo de Piombino, en la Toscana, del que fuera gobernador.
Fue el mismo un curioso personaje Fue el mismo un curioso personaje
Conforme a la información que se solía hacer para la concesión del hábito de Santiago que Felipe II concedió al mismo el diecinueve de febrero de mil quinientos sesenta y uno
Fue Carlos de Eza y Veraiz el mayor de los trece hijos, ocho varones (el mismo y Miguel, Alonso, Juan, Francisco Fadrique, Dionis y Garci Pérez) y cinco mujeres (Margarita. Isabel, Magdalena, Lucrecia y Leonor) de Dionis de Eza y Mauleón y Leonor Pérez de Veraiz y Peralta, Señores de Eza.
La suya, era una familia de la mediana nobleza, en ascenso, y así no solo los cuatro apellidos de sus padres, sino los ocho de sus bisabuelos (Eza, Sarasa, Navarra, Mauleón, Peralta, Hualde, Beraiz y Agramont) se hallan recogidos en el Armorial del Reino de Navarra.
Su padre, Dionís de Eza y Mauleón fue agramontés, por tradición familiar y por su matrimonio con Leonor Pérez de Veraiz y Peralta, hija de Mosen Pierres de Peralta. Castellano del de Tudela, fue uno de los protagonistas de la heroica y prolongada resistencia de su ciudad en la invasión y conquista del reino de Navarra. Protagonizó un célebre desafío con Antonio de Gante, casado con la Señora de Fontellas, a consecuencia del cual fue desterrado de Navarra. En la guerras de las Comunidades mandó una tropa de caballeros navarros. Ello y su intervención en el sitio de Fuenterrabía y en la guerra e invasión por el ejército del de Labrit mandado por Asparrot, le volvieron a la gracia de Carlos de Gante, que le alzó el destierro y le concedió un acostamiento de cien ducados anuales para él y para su mujer.
Nacido en el año 1512, de su padre, Dionís de Eza, heredó el mayorazgo, (consiste en el Señorío en Eza de en valle de Yerri, con sus pechas, sus censos y su molino señorial, sus casas y sus pastos, en casas y tierras en Tudela, ganado, una pecha sobre las tablas de Navarra que le concedieron a D. Dionis los reyes D. Juan de Labrit y Doña Catalina y un acostamiento de cien ducados anuales que le concedió Carlos V) y con el mismo las obligaciones que le eran congénitas y que le costarían múltiples problemas familiares y judiciales.
También heredó una mortal enemistad con los Gante de Fontellas, lo que unido a su belicosidad generó un suceso que cambió su vida.
Casó temprano (a los veintisiete años ya lo estaba) con Doña Lurena de Aibar, que falleció poco después sin descendencia. Tal matrimonio inició una serie de gastos que marcarían una vida agobiada económicamente: el señorío comporta unas nornlas de vida que hay que asumir y que obliga a un determinado tren de vida.
Una mañana de los últimos días de diciembre de mil quinientos cuarenta apareció en las puertas de la iglesia colegial de Santa María y en las de varias parroquias de Tudela, un edicto que decía:
Tras los segundos edictos, los querellantes presentan nuevo escrito ampliando el de denuncia manifestando que
Poco después comparece en autos Joan Martínez de Lesaqua, Procurador, en nombre y como
En el mismo procedimiento se practicaron las pruebas pertinentes y al fin (como antes, como hoy y como siempre, tras mucho retraso) se dictó la siguiente resolución:
Obviamente, se recurrió tal sentencia, y se pidió la nulidad del juicio, basándose en que el Fiscal y los oidores, en contra de lo prescrito en los fueros, habían omitido hacer las oportunas averiguaciones de la defensa:
Tras mas alegatos, que si Carlos de Eza tan solo al sentirse ofendido dió una puñalada a Antonio de Gante en cuyo momento tanto él mismo cuanto su hermano Juan de Gante desenvainaron sus espadas y en las «Rebuelta» resulto herido en la cabeza Antonio de Gante, de cuya herida falleció, por sus descuidos y abusos aunque la herida no era mortal y en lo que respectaba al decomiso de la mitad de sus bienes, tratándose de un mayorazgo, no podían ser embargados ni expropiados por causas no atribuibles al propio mayorazgo, a cuyos alegatos contestaron los querellantes y el Fiscal, recayó en definitiva una segunda sentencia el dia primero de agosto de mil quinientos cuarenta y cinco
En el interín, Carlos de Eza había salido no ya del reyno de Navarra, sino de España y sentado plaza en el ejercito del Emperador y Rey.
Todo ello, lógicamente, originó cuantiosos gastos al margen del normal sostenimiento de la casa: salida de Fontellas con su gente fuera del reino de Navarra, manutención de la misma, correos y espoliques, abogados, etc. Y siendo como era la casa de Eza de no muy abundantes caudales, dió lugar a venta de inmuebles (con lo la que hizo Doña Leonor de Veraiz el año 1.540 en nombre y con poderes de su hijo D. Carlos, de unas casas y fincas en Murchante y su término y otras fincas y censos en Mosquera y la Albea, venta con carta de gracia perpetua a su hermano Fray Miguel de Eza, caballero de la orden de Alcántara, en precio de seiscientos ducados) y a numerosas deudas, cuarenta ducados a Pedro de Aibar de un préstamo, a Diego de Fierro sesenta y siete ducados que se tomaron en préstamo para la dote de Doña Lurena bajo fé del notario Pedro de Agramont, a Joan de Varaiz sesenta florines de otro préstamo, otros 18 ducados al chantre Don M. Pasquier a Joanna, aya que fué de Doña Leonor de Veraiz diez ducados, a Pero de Narbona, sastre doce ducados. Hasta al zapatero que calzaba a los de la casa se le debían cinco ducados, a la moza de la casa de su soldada de un año diez florines, al capellán cuatro florines y a Pedro de Agramont, notario, de escrituras, siete florines.
De otra parte, pesadísima carga económica hubo de ser el cumplimiento de la sentencia: el servir al Rey en Oran durante cuatro años, con sus criados y a sus costas, viajes hasta puerto, embarcar cruzando el Mediterráneo, armamento, caballos, soldadas a sus criados.
Ello originó abundantes sinsabores y problemas a Carlos de Eza. Uno de los más dolorosos fué el que oponiéndose a aprobar la venta realizada por Doña Leonor en favor de su hermano Miguel, le creó problemas familiares y una ruptura total con éste último al extremo que al hacer testamento poco después, ni tan siquiera lo cita como hermano, y asimismo le llevó a distanciarse de su madre (que no le nombra heredero) y hermanas.
El año de 1548 contraerá nuevo matrimonio con Doña Zebriana de Villalón, hija de Bartolomé Villalón y Antonia Chueca, y sobrina en consecuencia del poderoso Don Pedro Villalón de Calcena, Deán del Cabildo de Tudela y herniana de Pedro Villalón Chueca, Canónigo de Tudela y Tarazona y Arcediano de Calatayud. Este será a lo largo de su vida. apoderado y amigo suyo, e intervendrá en sus pleitos, y la acogerá infinitas veces en su casa de Tarazona, extramuros de la misma y cerca de la Catedral, pues hay que recordar que en la sentencia del asunto de Gante, le han condenado a destierro perpetuo del reino de Navarra, y aunque reside en Italia para ésas fechas (el 14 de marzo de 1549 le otorga un poder en Castro Argés (Mediolanum-Milán), visita múltiples veces España y Tarazona es el lugar más próximo a Tudela al que puede llegar y en él vive un cuñado y amigo.
Sobre buena parte de las deudas antedichas, sobre el loar y aprobar las ventas hechas a D. Miguel por su madre, sobre las mejoras hechas por Doña Leonor en las fincas gananciales, sobre el acostamiento concedido por Carlos I a D. Dionís y su esposa, por los productos del usufructo vidual de dicha Doña Leonor,su hija y heredera doña Magdalena de Eza y Verayz, casada con Don Indalecio Vera, Señor de Marones, amen de la dote que, como Mayorazgo, debía D. Carlos dar a su hermana y que no había hecho, existían entre ambos hermanos múltiples diferencias y a fin de evitar un pleito, decidieron someter sus diferencias al arbitraje y amigable composición de D. Ogier Pasquier, Justicia de Tudela y D. Juan Pasquier de Agorreta, Señor de Barillas, para lo cual otorgaron las oportunas escrituras de compromiso y apoderamiento D. Carlos de Eza, en Tarazona a presencias de los testigos D.Benito de Villalva, Procurador de D Juan de Luna, Dean de Tudela y Juan de Lasala, hijo de Gracian de Lasala, vecinos de Tudela, el 7 de septiembre de 1549, y de Doña Magdalena en Tudela el 16 de septiembre del mismo año, a presencia de los testigos D, Francisco de Mena y D. Juan de Huart.
El dia veintinueve de diciembre de mil quinientos cincuenta, los árbitros emiten laudo por el que dictaminan y fallan que Carlos de Eza dos mil setecientos cincuenta florines de a quince groses florin mas otros cincuenta florines de oro de lo que como arras y por virtud de los capítulos matrimoniales entre Don Dionis de Eza y Doña Leonor de Veraiz (que con lo nunca se pagaron por el primero a Doña Leonor debía el mayorazgo a los herederos de la misma, que lo era en exclusiva Doña Magdalena). Asimismo y en tal concepto de heredera, asignaban a Doña Magdalena el costamiento de doscientos ducados de oro viejo anuales, que el Rey concedió a D. Dionis y Doña Leonor de por vida. Da orden a D. Carlos de Varaiz de dar por buenas las ventas hachas en su nombre por su madre y finalmente a abonar a Doña Magdalena toda la parte de conquistas y mejoras de Doña Leonor, absolviendo el resto de peticiones a Carlos de Eza.
Finalmente «en la ciudad de Tarazona y extramuros de aquella, dentro de las casas del Revdo.señor Don Pedro de Villalón, arcediano de Calatayud a los siete dias del mes de henero del año del nascnato. de nro.señor Jhs.de mil y quinientos y cincuenta y uno» el Notario de Tudela D. Pedro de Agramont, notifica personalmente la dicha sentencia a D. Carlos y doña Magdalena de Eza.
Del transcurso de la vida del señor de Eza, poco se sabe sino que continuaba en Italia como Maestre de Campo al mando de un tercio en la región de Milán primeramente y con posteridad en Toscana y le debe acompañar su mujer, por cuanto en 1556 se hace un inventario de los muebles de su casa, y solo consta un muy modesto mobiliario y ninguna prenda de vestir ni de uso en la casa.
Continúa entretanto la cuestión con la viuda y hija de Antonio de Gante, en orden a la responsabilidad económica. El abuelo y tutor de Doña Bernardina de Gante y Ulzurrun, alega que a consecuencia de la muerte de su marido, su hija Catalina de Ulzurrun, ha enloquecido, («ha percibido que la dicha Doña Catalina está fuera de su juizio natural mende capta e como tal que anda por calles veces con un manto corto y remangadas las faldas y veces lloviendo y rastrando un manto largo por suelo por la metad de las calles goteras las dos agoas sin apartaerse dellas ni hacer sentimiento alguno dello y llevando las dos manos alçadas en la una un libto y en la otra unas Ilabes y un jubillo de tulles blanco en el pescuazo colgaodo de una cinta blanca por joyel cosa no competente a su hábito y otras veces lleva un palo o bara en la mano y queriendola quitar bocea diziendo ayuda al Rey»). Todo lo cual, dice, es público y notorio y se puede probar. Es un recurso, una forma mas de tratar de obtener todo lo posible por los «dannos e menoscabos», pero algo debe haber de cierto en ello por cuanto D. Pedro de Villalón, vista la prueba testifical practicada, mediante testigos fuera de toda sospecha por su calidad, llega finalmente a una solución compromisoria designando árbitros componedores al Abogado de causas D. Joan Ximen y a.D. Juan de Larraya, asimismo Abogado de causas del Real Consejo y al muy Magnífico Señor Licenciado Esnaola, Regente del Real Consejo de S.M., los cuales dictan laudo condenando a Carlos de Eza a pagar mil ducados en el término de un año y condenando a los Ulzurrun a perdonar al de Eza, sentencia quer notifican el dia 7 de diciembre de 1.558, dando asi finiquito a la historia que cambió su vida.
Desde capitán que era cuando en 1549 en «Castro Arcis in parte Jonis mediolanum» otorgó poder a Pedro Villalón hasta 1559 ha transcurrido un decenio y el es ya Maestre de Campo, al mando de un Tercio, que es la culminación de la carrera militar entonces y está de Gobernador militar en Piombino.(Pomplin en la grafía de la época).
Asi aparece en un documento curioso: obrando como representante del Rey y en su nombre, como Castellano al mando de una región (los dominios reales en Toscana) dá la tenencia y castellanía de los castillos nuevo y viejo de Montephelipe y Porto Ercoli y recibe juramento de fidelidad al Capitan de infantería española D. Rodrigo de Mantilla.
En el mismo se hace constar que a D.Rodrigo Mantilla, Capitan de infantería española «hauia seruido al Emperador mi señor que en gloria este y a mi en las jornadas y cosas de guerra que se han offrescido de treinta años a ésta parte en Italia, Alemania y contra infieles en otras partes» lo que obliga a pensar que si en veinte años Carlos de Eza, había ascendido sensiblemente mas que Rodrigo Mantilla en treinta, o bien se debía a haber aportado y mandado desde el comienzo un contingente de tropa, y haberse mostrado mas arriesgado en su servicio.
De ello es buena prueba que tres meses después, el seis de abril del mismo año, D.Carlos de Eza, escribe a S.M. dándole las gracias por la licencia que le ha concedido para visitar su casa Io que implica que o bien le ha levantado antes la pena de destierro, o se la levanta en tal momento – pero manifiesta que con la licencia de S.M. y comoquiera que hay noticias de la venida de la escuadra turquesa, permanece en su puesto y pide se fortifique la costa.
Y no solo pide se fortifique la costa sino que de su propio peculio emprende obras de fortificación y tendido de un camino para facilitar las comunicaciones para el desplazamiento de las tropas, gastos que no se le abonarán hasta que el Rey Felipe ll, en Toledo el dia I de mayo de 1561 manda que se le abonen «seisicientos ducados que el mismo ha gastado en fortificar y hacer un camino».
Ya unos meses antes, el Rey le ha concedido el hábito de Santiago y en tal sentido expide cédula para que como le ha hecho la merced del hábito de Santiago se haga la información de higalguía que se acostumbra.
Fueron examinados como testigos D. Pedro de Berrozpe, Pero Perez de Villafranca, D. Antonio Fernandez de Heredia, Señor de Ribaforada, D. Muguel de Garralda, D. Diego de Frias, D. Juan de Salinas, D. Juan de Mena, D. Bertol del Bayo, D. Ranón de Beznegal, D. Diego de Granada, de Tudela, quienes Inanifestaron conocer al dicho Carlos de Eza, asi con lo a sus padres y por la fama a sus abuelos, y que les constaba de conocimiento propio que todos ellos eran y habían sido considerados en Tudela como caballeros e hidalgos, en el expediente promovido por los Sres. el Marichal D. Pedro de Navarra Marques de Cortes, D. Lorenzo Nuñez de Guzman, y D. Juan Enriquez de Lacarra, Señor de Ablitas, Caballeros del hábito de Santiago, comisionados a tal fin por ei Consejo de la Orden.
El 19 de febrero de 1562, escribe desde Génova (donde vá embarcarse para España), a través del Sr. Virrey de Nápoles, a S.M. Felipe ll, para que en su ausencia, se dé el mando de Piombino a uno de sus hermanos, D. Fadrique y D. Garci Pérez, que han servido largos años a su magestad y son valientes y competentes para ello,
En 1564, D. Carlos de Eza, Señor de Eza, Capitan general y prefecto de la milicias del Castillo de Piombino» otorga testamento en Tudela.
Aún tuvo ocasión de tratar del matrilnonio de su hija y heredera Da . Leonor de Eza con D. Martin de Gaztelu y Guibelalde, Secretario del Rey D. Felipe y del Príncipe D. Carlos cuyo contrato matrimonial se firma en 1566, siendo ya Señora de Eza la primera. Es decir, tras la muerte de Carlos de Eza y Veraiz.
Fuentes
- Archivo general de Navarra.
- Archivo general de Sim.
- Archivo de la casa de Eza.
- Archivo Catedralicio de Tudela
Julio García Pérez. Nacido en Tudela. Abogado.
RESUMEN
En el presente trabajo que toma como base documentos oficiales, se realiza un repaso a la vida de Don Carlos de Eza y Veraiz, miembro de una de las familias relevantes de la Tudela del siglo XVI, que como consecuencia del desenlace de un desafortunado incidente resultado de la enemistad existente entre su fanıilia y la de los Gante de Fontellas Ilegarâ a convertirse en el prototipo del soldado aventurero tan habitual en la España imperial de los priıneros Austrias.
SUMMARY
İn this work that has as base official documents, Don Carlos de Eza y Veraiz’s life is revised meınber of one of the most outstanding families in Tudela in the XVith Century, that as a consecuence of an unlucky incident ending coming from the existant enmity of his family and the family Gante de Fontellas Will become the prototype of adventurous soldier so well known in the Spain of the Austrias.
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