Entra por Concarera Baja, sale a Verjas.
La denominación de esta calle recuerda a una de las parroquias desaparecidas en la ciudad. Sobre su historia poco se puede aportar ya que se carece de documentos sobre ella, se sabe que estuvo edificada en esta actual calle y que al poco de establecerse se agregó a la parroquia de Santa María. Del origen del edificio nos llegan noticias a través de Juan Antonio Fernández que dice “se deduce que fue edificada entre los siglos XII y XIII y que se asentaba sobre base de piedra.
Ruiz de Conejares afirma que en el año 1366 existía una parroquia que llamaban San Julián, la que unos años después se unificó con la de Santa María en la Colegial, no aporta nada sobre la fecha de su construcción ni de la unificación.
El mismo historiador continúa diciendo, citando un documento que se halla en el archivo del Cabildo, que para pagar los trabajos de talla del artista Esteban de Obray, que se hallaba realizando en el coro de la Colegial en el año 1520 por encargo del Deán Villalón, los parroquianos de San Julián junto con los de Santa María, hicieron cuantiosos donativos, lo que evidencia que ambas parroquias estaban unificadas.
En el año 1609 el Deán Cuellar ordena que la parroquia de “Santa María y San Julián” que se hallaban establecidas en la capilla de San Juan, en la Colegial, se trasladasen a la capilla del Espíritu Santo que existía en los claustros; esta orden no se cumplió hasta el año 1661, según consta en los libros de la Sacristía, ya que en aquel año se blanqueó la capilla y una vez arreglada y digna se llevó el Santísimo, esto sucedió el tercer día de Pascua de aquel año.
Años más tarde, en 1738, los parroquianos pidieron que se uniese esta capilla a la que había antigua, actual del Espíritu Santo, que llamaban del Cristo de la Consolación. La petición fue atendida y la parroquia se trasladó a la citada capilla; colocándose un retablo que había pintado Vicente Berdusán, en ambos lados se colocaron las imágenes del “Cristo de la Consolación” y en el lado contrario la imagen de la “Purísima Concepción”.
También existe documentación de fecha de mayo de 1629, siendo Deán el Sr. Cuellar en el que se escribe sobre la existencia de un horno con este nombre de San Julián y sigue diciendo: En este horno y no en otro cocerán el pan los parroquianos de San Julián.
(José Yanguas).
Esta calle es una de las más populares de Tudela, se la conoce junto a otras adyacentes por “El Tubo”, por su parecido a su semejante de Zaragoza. En ella proliferan cantidad de bares, en época no lejana los propietarios de estos establecimientos en ciertas fiestas conmemorativas como Fiestas de Santa Ana o del día de Pascua, ponían a disposición de los clientes unos braseros para asar carnes o pescados en las horas del almuerzo; actualmente esta costumbre está prácticamente desaparecida.
Debido al bajo nivel de su ubicación con referencia al Río Ebro, en las grandes avenidas del río esta calle y sus adyacentes se inundan, hasta el extremo de tener que utilizar barcazas, en alguna ocasión las aguas subieron hasta metro y medio en la confluencia con la calle de Verjas que es el nivel más bajo de toda esta zona.
Esta calle carece de tráfico, es estrecha en su entrada, luego ensancha hasta el final
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