Panadera
Pecado
UNA MUJER se quema entre las llamas mientras manipula la masa de pan que tiene sobre una mesa. A su lado, un demonio sujeta con su mano a la mujer para impedir que salga del fuego que la rodea. Además, el ser infernal parece querer abrir el ojo de la condenada para que ésta observe el castigo al que está siendo sometida.
Interpretación
El pan era el alimento base de la población y uno de los bienes más vigilados y controlados por las autoridades medievales. En las ciudades existían hornos de propiedad municipal que eran alquilados a cambio de un impuesto. Además, los arrendatarios debían cumplir una serie de condiciones de producción y distribución del pan, llegándose a estipular el tamaño, peso, calidad y precio de cada pieza. De este modo, los mandatarios municipales trataban de evitar que los panaderos realizaran prácticas especulativas o fraudulentas contra la población aprovechándose de un bien tan preciado en la época como era el pan.
La dovela que aquí nos ocupa condena estas malas prácticas. En ella aparece una panadera que ha engañado en el ejercicio de su oficio con el objetivo de obtener mayores ganancias. Ahora paga en el Infierno por su pecado de Avaricia.
Su castigo consiste en amasar eternamente el pan con el que en vida defraudó a sus clientes. Un demonio vigila su labor para que, esta vez, no infrinja las normas que debía haber cumplido en el ejercicio de su oficio. Esta criatura infernal abre los ojos de la condenada mostrándole aquello que debía haber hecho en vida y no hizo. Además, la panadera está rodeada por las Ilamas del fuego eterno, unas llamas como las del horno que regentaba en vida. De este modo, ella se quema ahora en el Infierno al igual que antes se cocían los panes en su horno.
Fragmento del mediometraje EndiHablado.
Texto del libro: La puerta del Juicio de Blanca Aldanondo y Diego Carasusan. Actualmente agotado.
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